El próximo lunes, 14 de noviembre, brillará en el cielo lo que se conoce como superluna, el nombre que se da a la Luna llena que se produce en el punto más cercano de su órbita con la Tierra.
«Las órbitas de los planetas y los satélites son elípticas, no circulares. Eso hace que haya dos puntos en toda órbita en los que el satélite esté más cerca y más lejos de su foco, en este caso la Tierra», explica Pep Marcús, portavoz del Instituto Mallorquín de las Ciencias del Espacio (IMCE), donde este viernes se imparte un curso monográfico sobre nuestro satélite natural.
El punto más alejado de la órbita de la Luna se llama afelio (del latín aphelium, lejos del Sol); mientras que el punto más cercano se llama perigeo (del griego perígeios, cerca de la Tierra).
La Luna tiene un punto de perigeo y otro de afelio en cada ciclo lunar, es decir, cada 29 días y 12 horas aproximadamente.
Esto significa que cada mes hay una Luna más cercana a la Tierra y otra más alejada. Aunque las distancias no son demasiado grandes -de entre 350.000 y 410.000 km aproximadamente-, son suficientes para ver una pequeña diferencia de tamaño y brillo. La superluna ocurre cuando ese perigeo coincide con la Luna llena.
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