https://www.msn.com/es-es/noticias/internacional/mercados-de-esclavos-del-siglo-xxi-venta-y-trata-de-personas-de-corea-del-norte-a-libia/ar-BBG18Fe?li=BBpmbhJ
El movimiento abolicionista, momento por el que se recuerda a grandes figuras como Martin Luther King, no llegó a España hasta el siglo XIX. Tras la abolición de la esclavitud en Reino Unido a principios de siglo, Fernando VII decidió prohibir la trata de personas en 1817, aunque de forma efectivao no tuvo lugar hasta más bien tirando a finales de siglo —más aún si se hace referencia a las antiguas colonias—.
Lejos de haber desaparecido, la esclavitud tal y como se la conocía entonces sigue existiendo. Y no solo ha subsistido, sino que a ella se le han sumado nuevas formas de la denominada esclavitud moderna, que aunque es un término que no tiene definición concreta, se utiliza para todas las prácticas de trabajo forzoso y matrimonio forzado, situaciones extremdamente habituales en el mundo a día de hoy. Las cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mo son para nada esperanzadoras: más de 40 millones de personas en todo el mundo son víctimas de la esclavitud moderna, una lacra por la que se ven afectada de manera proporcionada las mujeres y niñas: el 71% del total.
En 2016 se estima que un total de 15,4 millones de personas eran víctimas de matrimonio forzado: de estos, 6,5 millones de estos matrimonios habían tenido lugar en los últimos cinco años y el resto, antes de ese período pero las víctimas seguían atrapadas en esa situación. Uno de los datos más preocupantes es el que concierne a los menores de edad: más de una tercera parte de las personas en situación de matrimonio forzado eran niños en el momento de la ceremonia y "casi todas" eran, de hecho, niñas.
Los flujos migratorios recientes, que han provocado la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial, ha sido también un importante caldo de cultivo de trata de personas y al final es que, en ausencia de una estrategia clara por parte de la Unión Europea que prevea la creación de rutas de entrada seguras seguras y legales, los traficantes representan el único medio para llegar a un país europeo donde no corran el riesgo de ser repatriados de inmediato y las condiciones de acogida sean más favorables, como ha sido hasta la fecha el caso de Alemania, Reino Unido o Suecia. ¿Y una vez aquí? Algunos de estos, incluso los más jóvenes, se han convertido en verdaderos esclavos del siglo XXI: niños que han huido de Siria y ahora trabajan 12 horas al día, seis días a la semana... por solo 30 euros. Esto ha ocurrido en Turquía.
Libia: mercados reales de esclavos
La última polémica sobre esclavitud tuvo lugar el pasado mes de noviembre. CNN publicó un reportaje en exclusiva después de conseguir acceder a una verdadera subasta de esclavos. La cadena estadounidense publicó un vídeo en el que se podía ver cómo varios hombres eran ofrecidos en Libia como mano de obra por 400 dólares, confirmando así las reiteradas denuncias de diversas organizaciones que no han dejado de alertar de los abusos que sufren los migrantes que tratan de dejar sus países para pisar Europa.
El caso libio provocó el reproche de muchos países e incluso Ruanda se ofreció a acoger a más de 30.000 inmigrantes africanos varados en Libia para evitar que sean puestos a la venta como mera mercancía. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ya denunció el pasado mes de abril la existencia de estos mercados de esclavos en el país del norte de África, principalmente de inmigrantes indocumentados procedentes de la África subsahariana. "Vender seres humanos se ha convertido en una tendencia entre los traficantes, a medida que las redes de mafias se refuerzan cada vez más en Libia", dijo entonces el jefe de misión de la OIM para el país, Othman Belbesi.
Corea del Norte: exportación a Europa
Que Corea del Norte es escenario de esclavitud no es una sorpresa para nadie. Según el Global Slavery Index, más de 1,1 millón de norcoreanos se encuentran en una situación de esclavitud moderna en el aislado país, lo que supone un elevadísimo 4,38% de la población nacional. Sin embargo, la Alianza Europa para los Derechos Humanos en Corea del Norte (EAHRNK, por sus siglas en inglés) advirtió el pasado verano de que el régimen de Kim Jong Un está enviando "esclavos estatales" a países de la Unión Europea para recaudar dinero con el que sortear las sanciones impuestas desde la comunidad internacional.
Según la ONU, son 95.000 los norcoreanos que trabajan en el extranjero, lo que permiten al Estado ingresar entre 1.200 y 2.300 millones de dólares en divisa extranjera. La mayor parte están destinados en Rusia o China, pero también hay casos en países africanos o de Oriente Próximo, como Qatar, que tantas críticas ha recibido por las duras condiciones de los trabajadores en las obras de las instalaciones para el Mundial de 2022.
Estos trabajadores tendrían turnos de 10 a 12 horas durante seis días a la semana, y se estima que repatrían el 90% de sus salarios a Corea del Norte. Después de publicarse este informe, Malta deportó a una veintena de norcoreanos que trabajaban en la construcción y en fábricas textiles, ante el temor de que estuvieran trabajando en régimen de esclavitud desde Pyongyang. Todos los informes sobre esta cuestión apuntan a que la mayor parte de los norcoreanos que trabajan en la UE lo hacen en astilleros, granjas y obras de Polonia, si bien también se hjabían conocido casos en Malta, incluso antes de la polémica.
Uzbekistán: la esclavitud del algodón
El segundo país en este índice es Uzbekistán, donde se estima que 1,23 millones de personas viven en condiciones de esclavitud moderna. Desde el mes de septiembre, miles de uzbekos, entre ellos multitud de menores de edad, son obligados a ir a los campos de algodón a recoger kilos de este material que, en su mayor parte, acaba en Europa. Uzbekistán es un importante exportador de algodón de Europa, una fibra cuyo precio comenzó a subir de forma exponencial.
El trabajo forzado relacionado con el algodón uzbeko cuenta además con un factor importante a tener en cuenta: el Banco Mundial aporta una financiación de 500 millones de dólares a proyectos agrícolas en el país, un préstamo que, en teoría, tendría que llevarse a cabo en cumplimiento con las leyes que prohíben el trabajo forzado y el infantil. En un informe elaborado por Human Rights Watch (HRW) y el Foro Uzbeko-Alemán de Derechos Humanos —'No podemos negarnos a cosechar algodón: trabajo forzado e infantil vinculado a las inversiones del grupo del Banco Mundial en Uzbekistán'—, las organizaciones detallan cómo el Gobierno de Taskent forzó a estudiantes, profesores, personal médico y hasta niños a cosechar algodón durante los años 2015 y 2016, situación que pareció repetirse de nuevo este mismo año.
España: 8.400 esclavos modernos
Según este índice, España cuenta con un total de 8.400 personas en situación de esclavitud moderna. Es una cifra relativamente baja en comparación con los países que lideran el 'ranking', pero poco dice de nuestro país que esté situado en la posición 52 de los 167 países incluidos en el informe. La proporción es relativamente baja: solo un 0,018% de los españoles están en estas condiciones, y la respuesta del Gobierno español no está calificada de forma negativa. Al contrario: España cuenta con una nota de las más altas a nivel mundial, en cuanto a su respuesta contra los trabajos forzados.
La mayor parte de las víctimas de esclavitud en España son mujeres, víctimas de la trata de seres humanos para su explotación sexual. "España no se libra de la esclavitud del siglo XXI", denunció este mismo verano la organización Aldeas Infantiles. Esta ONG señaló que si bien no existen aún datos que registren la magnitud de este problema, tanto la organización como el Ministerio de Interior coinciden en que existe una creciente tendencia en la trata de menores de edad destinada a la explotación sexual o laboral, aunque también a la mendicidad y a matrimonios forzados.
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