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Entre ellos, unos 3.000 ganaderos que ya no tienen pasto para dar de comer a sus vacas, caballos, ovejas o cabras como consecuencia de las llamas que arrasaron Galicia hace dos semanas. El que no ha perdido la maquinaria, las naves o los terrenos, ha visto cómo sus animales han muerto abrasados o han huido en un intento por salvar su vida. Más de la mitad (55%) de las vacas lecheras de toda España están en una comunidad autónoma que también alberga unas 14.000 explotaciones de carne.

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El 55% de las vacas lecheras de toda España está en Galicia. Allí hay unas de 14.000 explotaciones de carne
Es decir, los ganaderos se quedarán sin actividad (y por tanto, sin ingresos) durante dos años. "El artículo 43 fue concebido como elemento disuasorio, bajo la hipótesis de que los ganaderos eran los que estaban quemando el monte. En realidad, ahora supone un doble castigo para ellos por un fuego que no han provocado", critica Xacobo Feijóo, responsable de Desarrollo Rural en UPA Galicia.

"Si no recibimos ayudas para comprar forraje fuera, muchos estamos abocados al cierre definitivo de las explotaciones", advierte García. Por lo pronto, el departamento de Medio Rural de la Xunta de Galicia acaba de habilitar 1,5 millones de euros para reparar los daños en infraestructuras agrarias y pistas forestales, recoger madera quemada, cubrir la muerte de ganado o la pérdida de colmenas y comprar alimentación complementaria. "Con esa cuantía no tenemos ni para empezar", consideran los afectados mientras esperan una declaración de zona catastrófica por parte del gobierno central. Solo así podrán optar a otro tipo de ayudas adicionales para los ganaderos que se han quedado "con una mano delante y otra detrás".

La perrita de los incendios de Galicia era un macho que enterraba animales quemados
¿Y Bruselas qué dice?
La Comisión Europea está examinando las solicitudes de ayuda remitidas desde España para ver si se ajustan a los requisitos del Fondo de Solidaridad para Emergencias y Catástrofes, pero basta con echar un vistazo a la letra pequeña para anticiparse a la resolución. El programa está destinado a servicios de rescate, reparación de infraestructuras, alojamiento temporal para las víctimas, limpieza en zonas devastadas y protección de patrimonio, pero solo se activa cuando las pérdidas superan el umbral de los 3.000 millones o una cuantía equivalente al 0,6% del PIB del país en cuestión, un importe alejado de las cifras que barajan en Galicia.
Nuestro país ha recibido 31 millones por incendios forestales (entre otros desastres) hasta la fecha a través del fondo de solidaridad, un mecanismo que se diseñó en 2002 como reacción a las graves inundaciones que castigaron el centro de Europa ese verano. Desde entonces, las instituciones europeas lo han activado en 76 ocasiones como consecuencia de terremotos, tormentas, inundaciones o incendios, sean intencionados como en Galicia o no.
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